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  • Este contexto explica en buena medida el

    2018-10-30

    Este contexto explica en buena medida el interés de varias compañías por adquirir los activos de Concarril. Jacques Rogozinski, principal artífice del proceso de privatización en México, declaró hace poco tiempo en un entrevista en el noticiero de Carmen Aristegui, que cuando se realizaba el proceso de desincorporación de Concarril, product los dos meses de que salió la licitación oficial de venta, el Departamento del Distrito Federal emitió una convocatoria para rehabilitar varios trenes del Metro “entonces inmediatamente los que estaban compitiendo por Concarril me vinieron a decir que si ganaban, que si incluía el contrato del Metro”. Rogozinski explica que la respuesta fue no, “porque una cosa es vender o licitar Concarril con un contrato, y una cosa es sin un contrato, por lo tanto los precios son diferentes ¿sí?, nadie se chupa el dedo”. Supuestamente, dice Rogozinski, pese a quedar todo muy claro en el proceso de venta, los compradores de Concarril (Bombardier Transportation) “creo que también se enojaron mucho, es que dijeron: ‘Es que nosotros creíamos que también nos iban a dar el contrato del Metro’, y pues por escrito tenían que no era el caso”. No obstante estas declaraciones, B-Transportation México reporta en documentos internos que en 1993 el Sistema de Transporte Colectivo Metro de la Ciudad de México le otorgó un contrato para la rehabilitación de 300 coches del metro; y en 1995 otro para la fabricación de 78 carros con rueda de acero para circular sobre la línea A. En este mismo año el Sistema de Transporte Eléctrico del D. F. (ste), le otorgó un contrato para la construcción de coches para el tren ligero. En 1993 Bombardier-Concarril también ganó la licitación para fabricar los trenes del Metro de Monterrey (Metrorrey) y para el Sistema de Tren Eléctrico Urbano de Guadalajara (siteur). En este sentido, todo apunta a que una de las razones que motivaron la adquisición de Concarril por parte de Bombardier se debió a la pugna por satisfacer la creciente demanda de equipos ferroviarios de transporte urbano en México. Pero la puesta en venta de Concarril no sólo era atractiva por esta situación en el mercado. Lo que hacía más interesante su adquisición eran las adecuaciones técnicas y avances tecnológicos incorporados a los equipos que se fabricaban especialmente para el stc, a partir del prototipo original que fueron los primeros metros suministrados por la firma francesa Alsthom en los años setenta, y en el caso muy especial del desarrollo y construcción de un metro de rodadura férrea; que formaban parte de los activos físicos y el know how de la compañía estatal mexicana. Otra ventaja que tenía esta empresa era contar con una red de proveedores bastante extensa y especializada que permitió a capsid Concarril la fabricación del metro con un grado significativo de integración productiva nacional. De acuerdo con B. Navarro y Ovidio González, los primeros lotes de producción fabricados en las instalaciones de Concarril, entre 1974 y 1982, realizaron importantes modificaciones al diseño original de los equipos para el Metro, incorporando nuevos accesorios, mejoras a los sistemas mecánicos simples y cambiando algunos componentes por otros modelos más adecuados a las condiciones físicas de los túneles de la red del stc. De esta manera, se incorporó por primera vez a los trenes el convertidor estático, se modificó la distribución de los asientos para disponer de mayor espacio para los pasajeros de pie, se cambió el sistema de ventilación importado por otro elaborado localmente y el sistema de tracción y frenado JH se sustituyó por otro tipo “Chooper”, lo que significó una innovación tecnológica directa a un sistema mecánico complejo aplicada por técnicos franceses y mexicanos que buscaban una forma más eficiente de recuperar la energía después del frenado. Cabe recordar que entre 1976-1984 se expandió notablemente la demanda de equipos para el stc “Metro”, motivada por la construcción de las líneas 4, 5 6 y 7. Este boom del stc, en principio rebasó la capacidad instalada en Concarril, por tal motivo fue necesario contratar a otros fabricantes que, para cumplir con las especificaciones del stc e igualar los equipos que paulatinamente se hacían México, aplicaron las mejoras técnicas que Concarril desarrolló a partir de la primera serie de trenes para el metro (MP-68) fabricada por Alsthom en Francia, e integradas a la segunda y tercera serie fabricada en el país (NM-73 de 1974 y NM-79 de 1978). Estos fabricantes fueron Bombardier, en Canadá, para la serie NC-82 en 1982; Alsthom, en Francia, para la serie MP-82 en 1981 y Construcciones y Auxiliares Ferroviarios (caf), en España, para la serie NE-92 en 1992 (para más detalle véase el cuadro anexo al final del capítulo).