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  • Es muy duro llevarla a

    2018-11-01

    —Es muy duro llevarla pmpa urgencias porque tiene 39° de fiebre y que la vean con dos colitas y falda, y, en lugar de fijarse en qué le pasa, la miren raro porque en el documento tiene nombre y foto de varón —contó a esta cronista la mamá de Lulú, Gabriela Mansilla, en julio de 2013, cuando acompañada por la Comunidad Homosexual Argentina (), decidió hacer público a través del diario / el reclamo por un nuevo documento para la niña. Un año antes, a mediados de 2012, a pesar de que la Ley de Identidad de Género prevé un mecanismo en el caso de menores de 14 años, en el Registro Civil de su municipio le negaron esa posibilidad con el argumento de que Lulú era demasiado pequeña para dar el consentimiento para ese trámite, y le dijeron que debía recurrir a la justicia. Gabriela no bajó los brazos. El equipo interdisciplinario que atiende a la niña y su familia, y que encabeza la psicóloga Valeria Paván, coordinadora del Área de Salud de la , coincidía en la necesidad imperiosa que tenía Lulú de adquirir un nuevo . —El es importante porque es un espejo. Hoy ella no se reconoce en ese espejo. Cuando uno tiene una imagen en la que se reconoce, encuentra armonía, coherencia. Si usted se ve en el espejo y ve otra persona, enloquece. No tener ese espejo, para Lulú es terrible —explicaba el psiquiatra y psicoanalista Alfredo Grande, director clínico de la Cooperativa de Trabajo en Salud Mental, que forma parte del grupo de profesionales de la salud mental que atienden a la niña, a su hermanito y a su mamá—. Si bien nosotros proponemos la despatologización de la identidad trans, no quiere decir que la situación que enfrentan Lulú y su familia no sea conflictiva. No es patológico, pero es conflictivo. El mandato biológico y cultural es muy fuerte para que una identidad por deseo se pueda imponer. El marco que le damos a la atención terapéutica es sostener el deseo de Lulú —señalaba Grande, cuando la posibilidad de un nuevo no se vislumbraba posible aún—. La identidad de género tiene que ver con la identidad por mandato y por deseo. En el marco actual, la única que se manifiesta en una cultura represora como la nuestra es la identidad del mandato, que es biológica y cultural. Lulú contradice los dos mandatos. Al ser una interpelación al doble mandato, se convierte en analizador. La identidad se construye desde los más profundos deseos. Son muy pocas las personas que han podido enfrentar esos dos fuertes mandatos. Una persona heterosexual no se lo cuestiona porque encaja en el mandato cultural y biológico. Lo que el espejo de Lulú refleja, no se refleja en ningún espejo. El tema de Lulú es que no ve nenas con pene. En toda su escolaridad primaria, Lulú va a Crossing-over necesitar muchísima ayuda. Si no es reconocida desde el , no existe. Es terrible. A esta nena contrariada en su deseo se la pone en un lugar de altísimo conflicto. Como antes le sucedía a los homosexuales, cuando no eran aceptados en la sociedad. Al tiempo que contaba la historia de Lulú en /, la mamá, de 39 años, le escribió una carta a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner para que le ayudase a obtener el documento para su hija. La difusión del reclamo en el diario y esa carta fueron puntapiés que empezaron a abrir puertas. La historia de Lulú El desafío es ayudar a Lulú a crecer feliz. Son poquísimos los casos de niñas o niños trans que se conocen en el mundo. De hecho, en 2012 trascendió la batalla legal que ganó una nena transgénero como Lulú, de seis años, en Colorado, Estados Unidos, para poder usar el baño de mujeres en su escuela. Por otro lado, Gabriela Mansilla viene dando distintas batallas. Los terapeutas que atienden a Lulú, su hermanito y su mamá lo hacen de manera gratuita. Además, desde la cha la ayudan en términos económicos. La mamá de la niña junta unos pesos vendiendo comida que cocina en su casa y reparte en bicicleta. Su exmarido no cumple con la cuota alimentaria desde diciembre de 2012, y tampoco visita a sus hijos. Entre las batallas que dio Gabriela, la primera fue entender qué le pasaba a Manuel.